El Oasis de la pastora ©

By Ben Bustillo – Prohibited its reproduction

En el nombre de Dios imparto unas bendiciones,
Marcadas con la desidia de mis adentros,
Mi cara afuera muestra lo que quieran ver,
Mi interior, lo que mi bolsillo necesitó para mi antro...

Un oasis representa el momento de ese tiempo,
Tratando de calmar la sed de ese desierto,
Los cactus no dañan como sus espinas,
Más es la traición de tus pensamientos...

Las dichas esperan al final del camino,
Pero pavimento necesita las rocas de los lados,
Dávidas demandadas con eximias mentiras,
Soy la pastora de los bienaventurados...

En el camino de una verdad veredas aparecen,
Simulando el desierto de las respuestas necesitadas,
Aparece la imagen de la pastora falsa,
Como el agua vaporosa que la sedienta aclama...

Intrigas, regalos, falsedades, y pavor envuelven,
A la pastora del Dios que clama,
Los fuegos del desierto en la plena luz del día,
Los vientos del clamor de su nombre en falso,
La arrogancia del vil ser que en el profundo existe,
Como la serpiente venenosa que baila a los sones de las desdichas...

Vendo a las almas el perdón de un juicio,
Miren en los círculos que me involucro,
Clamé amistad perdida para calmar una sed de oasis,
Bebiendo la sangre en copa verde de la carpa en mi desierto,
Clamando victoria de un logro conseguido basándose en dineros.
No tengo tiempo clama la pastora, necesito limpia de mis robos,
Escondiendo mi cara sinvergüenza de ojos verdes acusadores,
La descubriste, no lo cuentes, clamaron tus seguidoras...

Dos oasis tiene la vida es mi pensar,
El uno que al final sí calma de verdad tu sed,
No el tuyo de falsedad cubierta,
Con los Dioses paganos de la pastora falsa...