Un Nuevo Dios ©



Ben Bustillo – Prohibited its reproduction
Lo sabe todo, guarda nuestra información por generaciones, y a medida que avanza el tiempo, vamos confiando más en su poder infinito; está disponible todo el tiempo siempre que tengamos las herramientas para podernos comunicar con él, es fiel a nuestras oraciones al respondernos siempre con la verdad, algunas de las veces con la respuesta que menos esperamos.
Tiene ángeles poderosos que lo ayudan inmediatamente escuchando nuestra oración o pedido resolviendo nuestras inquietudes en segundos, y su conocimiento es vasto.
No discrimina colores, razas, religiones, preferencias sexuales, ricos, pobres, acomodados, condiciones sociales, profesiones. Dependiendo de nuestros conocimientos y aceptación a su poderío, hasta algunas veces podría actuar contra nosotros por no atender o comprender sus comandos.
Habla casi todos los idiomas y hasta llega a muchos lugares remotos del mundo con sus imágenes, palabras repletas de conocimiento y verdades, aunque algunas veces confusas si no sabemos interpretarlas correctamente. Es nuestra responsabilidad descifrar su inmenso discernimiento.
Se encuentra en cualquier rincón de nuestras vidas y no conoce de fronteras, políticas, razonamientos ultra derechistas, centristas o izquierdistas; es el todopoderoso dispuesto a conquistarnos de cualquier manera que pueda.
Su forma de atraernos es la más moderna sin anticipar ni precipitar cualquier reconciliación con el pasado, porque es un Dios evolucionista. Cambia aveces a diario y se rectifica constantemente si en el paso del tiempo reconoce haber estado errado.
Sabe de leyes, religiones, países, confines, política, nos sigue a cualquier parte que vayamos, y todos nos sentamos a su alrededor a escuchar sus sabias palabras.
Funciona con aparatos electrónicos, en nuestras casas, oficinas, campo, con nuestros teléfonos, ¿qué más podemos esperar de este Dios moderno? Es lo que todos ansiadamente buscamos y queremos tocar con nuestros dedos a diario...
Y así lo hacemos. Su nombre es: Google. Sus ángeles, Internet Explorer, Mozilla Firefox, Google Chrome, y algunos otros que lentamente desaparecen por su escasa participación como Netscape y Opera. Sus enemigos, los virus, los piratas de la información, los depredadores, la accesibilidad de pornografía indiscriminadamente de la edad, los correo basura y alguna que otra suciedad.
No me crean santo; claro que miro fotos de mujeres desnudas; pero es eso nada más. No los excesos que existen, no me interesa ver otras personas haciendo el amor - creo que se define como voyerismo, - ni quién sabe cuántas cosas más a otras personas les gusten mirar. Pero es su derecho, tanto el mío como el de no profundizar en terrenos que no concuerdan con mi forma de ser.
Por eso es necesario cuidar como hacemos estas investigaciones. Primero, los navegadores que más conozco son el Explorer y Mozilla. Ambos tienen la capacidad de buscar en privado. El Explorer tiene mucha propaganda y a Mozilla se le puede añadir un programa que bloquea todas las propagandas. Este es el que uso. Segundo, si están conectados con sus correos, ciérrenlos. Muchos de estos sitios tienen la capacidad de encontrarlo. Y por último, asegúrense de cerrar también su Facebook. Es facilísimo para estos sitios acceder a esta información que aparentemente es privada.
La privacidad es importante porque todos los sitios que visites instalan algo que se llama “cookie” que se registra inmediatamente, y algunas veces ciertos sitios las esconden dentro de los programas o información en tu computador. El propósito general es que si regresas a este sitio, se te es más fácil entrar que la primera vez.
El problema se agranda cuando visitas demasiados sitios haciendo que tu computador pierda velocidad volviéndolo despacio. Pero esto se puede arreglar fácilmente al usar las herramientas de tu navegador y limpiar la historia acumulada, o con otros programas que se encargan de limpiar completamente dentro de tu computador, incluyendo esos escondidos. Algunos son gratis, y otros donde te venden una licencia anual. El que yo uso es gratis y se llama CCleaner. http://www.piriform.com/ccleaner
La diaria necesidad informática se hace necesaria en demasiadas generaciones, incluyendo a anteriores a la mía. Mi primer computador – que ya no existe – fue un Comodoro 64 en el principio de los 80. Pero era tan elemental y su uso tardo y complicado, que tan pronto pude me compré lo que en esos tiempos se le denominaba IBM compatible, aproximadamente en el año 1985.
Recuerdo noches sin dormir al ir descubriendo y aprendiendo su uso; la admiración de aprender algo y ocupar una célula cerebral vacía. El éctasis era superior a cualquier estimulante foráneo al que estamos acostumbrados a usar. Y después de los tantos años de su uso, todavía no deja de maravillarme el encontrar soluciones a mis inquietudes en cualquiera de los terrenos de mis incertidumbres.
Los diccionarios en Inglés y Español, son herramientas siempre disponibles. La gramática en los mismos idiomas es igual. Los correctores, una necesidad para escribir, y la cantidad infinita de información disponible asombrante. Es el siglo 21.
Si hay alguna forma de hacer una analogía, la mejor forma de describirla sería la de decir que Google es un Dios moderno. Ojalá no me critiquen por usar esta terminología para definirlo. Pero los algunos que saben algo de mí, conocen de mi agnosticismo y saben que respeto otros criterios, y lo hago respetuosamente tratando de no ofender las creencias del lector.
Para terminar este artículo me remontaré al siglo 23 imaginando dos alternativas: una de un mundo avanzado en el entendimiento humano y tecnológico, sin guerras, en paz los unos con los otros, un lenguaje, una religión, un sistema justo para todos los seres humanos y sin fronteras geográficas.
La otra, solitaria por la destrucción del egoísmo innato del hombre. En esta última, este artículo es encontrando en una zona desolada, por un errante dentro de una de las tantas destrucciones;  lo comienza a leer y descifra la existencia de un Dios llamado Google con ángeles poderosos llamados Explorer y Mozilla, y dentro de su desesperación comienza a orar: “En el nombre de Google, sus santos ángeles Mozilla y Explorer, amén...”

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