¿Cuál de los Tres Tiene Tendencia Gay? ©
Ben
Bustillo – Prohibited its reproduction
Todavía no me puedo explicar porqué he tomado este tipo de caudillaje
abanderando una causa que ni me va ni me viene. Lo más cercano que puedo tener
a la homosexualidad es un sobrino y aparentemente unos cuantos primos que no me
consta, ni me interesa hacerlo. Pero abogo por la causa porque se trata de
adjudicar una igualdad que bajo la constitución de cualquier país, debe
concedérsele a esta minoría.
Recuerdo cuando mi mamá me comentó lo de mi sobrino. Una vez me llamó
por teléfono y me dijo que la fuera a recoger donde el doctor porque alguien de
la familia - quien se suponía iba a buscarla - mantuvieron una discusión y no
lo hizo. No recuerdo bien quien fue esa persona.
Yo me encontraba haciendo unas vueltas en Beverly Hills y le dije que me
iba a tardar un poco porque no había “freeway” que me dejara cerca de donde
ella estaba, - Glendale Memorial Hospital - a esa hora estaba bien lleno, y me
tocaba manejar por la calle.
Cuando llego donde ella, estaba esperándome en la farmacia del hospital
y me dijo que necesitaba comprar unas medicinas; le dije que las escogiera y se
las pagué. Saliendo de la botica, con lágrimas en los ojos me dice: “Tengo que
confesarte algo.” Me asustó al principio y le pregunto: “¿Qué pasó?” Su llanto
se convierte entonces como en una forma de culpabilidad y un poco más
angustioso, y me contesta: “Tu sobrino es gay.” “¡Carajo, mami! Yo creí que era
algo malo. Eso no es ningún problema. ¿Qué dicen la mamá y el papá?” “Lo han
aceptado,” me contestó. Entonces le dije que eso era lo que ella también debía
hacer y que personalmente no le veía nada de raro; además yo hacía un tiempo se
lo había notado.
Un par de meses después, en una casa de la playa in Sunset Beach donde
mis hijos y yo - algunas veces me llevaba al resto de la familia - pasábamos algunos fines de semana y
vacaciones; esa vez, sentados a la mesa jugando cartas con la mamá de mi
sobrino, mi hermana, mencionaba el nombre de un hombre varias veces que no
conocía. Hasta que le pregunté: “¿Quién es ese hombre del que hablas?” Me
contestó, “el novio de mi hijo, que es gay.”
Desde esa época, quizás hará como quince o veinte años, están juntos ese
par de muchachos – creo que todavía lo están, o duraron bastante tiempo juntos
– tengo como más de diez años que no los veo. Esa ha sido mi proximidad al
matrimonio gay, y quizás internamente sea la causa por mi motivación a
apoyarlo. Pero no ha sido fácil. Me ha tomado tiempo y todavía no puedo aceptar
que adopten hijos. No estoy diciendo que no deberían. ¡No! Reitero que todavía
no estoy en ese punto de aceptación. ¿Quizás en el futuro? A lo mejor, pero no
todavía. Apenas comencé a educarme para hacer la transición.
Una de las formas en que lo estoy haciendo es mirando un programa de
televisión nuevo que se llama en inglés, “The New Normal.” Se trata - más o
menos - de dos hombres gays que alquilan el vientre de una mujer para fecundar
el semen de uno de ellos y concebir un hijo. La señora, quien tiene una hija de
un matrimonio fracasado, lo hace para ahorrar dinero para su educación; esta
niña es súper adelantada y progresista para su edad, nueve años. Es más, se
viste un poco extrovertida, pero lo hacía desde antes que su mamá hiciera el
contrato de rentar su útero.
Lo que al principio iba a ser una transacción comercial, terminó creando
un nuevo formato de familia, ya que la madre y la hija se mudan con los gays en
una casa de invitados que tienen en su propiedad. Uno de los gays es un
productor de televisión y el otro es médico. Las situaciones presentadas son
cómicas moderadamente y muestran muy ligeramente muestras de afecto entre los
dos. Lo que haría una familia heterosexual, abrazos, besos y conversaciones
íntimas sin ningún despliegue de actividad sexual.
Quizás al mirar este programa me ayude a avanzar al entendimiento de
aceptar que tengan o adopten hijos. Pero repito, todavía no estoy ahí.
El rechazo de la mayoría de la gente al matrimonio gay es básicamente
religioso y citan algunos textos bíblicos para consolidar su posición, o
repiten sin entender lo que realmente significa la aceptación de este dogma.
Porque si así fuese, entonces las religiones cristianas no están
siguiendo lo que la Biblia indica, ya que Génesis 1:26 indica explícitamente en
forma plural la creación del hombre “a su imagen y semejanza.” Entonces, si así
fuese como fue creado el hombre quiere decir que uno de los tres debe tener
tendencias homosexuales: el padre, el hijo o el espíritu santo.
Génesis 1:26; 1 Corintios 11:7; Efesios 4:24; Colosenses 3:10; Santiago
3:9; Génesis 3:22; Génesis 5:1; Génesis 9:6; Génesis 1:26-28. Todas estas
citaciones de varias interpretaciones y traducciones dicen que Dios creó al
“hombre a su imagen y semejanza.”
Miren específicamente la traducción de Génesis 1:26 en esta página del
Internet: http://www.biblegateway.com/passage/?search=Genesis+1%3A26&version=LBLA.
No importa qué traducción escojas - allí la encuentras en varios idiomas
- todas dicen “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.” Es en plural y
se refiriere al “padre, al espíritu santo, y al hijo” - según las inferencias y
versiones - lo que un simple razonamiento indicaría que alguna de estas personas
o espíritu a quien se refiere este texto bíblico tendrían este mismo tipo de
inquietudes.
Sigamos discurriendo un poco más profundo. Si Dios es perfecto, ¿porqué
hizo que algunos hombres y algunas mujeres se enamoraran de alguien de su mismo
sexo? O ¿porqué lo permite si es el todopoderoso? Aquí es donde se me atraviesa
este dogma religioso, porque es la interpretación que algunas religiones le dan
al repudio o al rechazo de esta comunidad.
Vayamos un poco más allá dentro de ese mismo razonamiento: Nuestras
primeras experiencias sexuales ocurren con nosotros mismos. Y lo que vemos y
con lo que nos excitamos es con nuestro propio cuerpo abastecido con cualquier
tipo de imágenes que nos estimule. Eso nos haría homosexuales a todos los seres
humanos. Pero no es así. La gran mayoría nos identificamos con la
heterosexualidad y nos enamoramos del sexo opuesto. Ellos no.
Mi observación es que la discriminación sobre los gays que tienen las
religiones existe en las interpretaciones y traducciones que se le han dado a
ciertos textos bíblicos. Lea: http://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_la_Biblia,
y mire también http://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_y_cristianismo.
Sus feligreses simplemente repiten sin ampliar su conocimiento a una realidad
de la vida: La homosexualidad ha existido, existe y siempre lo hará. Inclusive
en los animales.
Que nacen así o que ellos se hacen o que se puede curar no debe ser lo
primordial para su definición como tal. Ellos se enamoran, entregan su corazón
y sus ideales a personas de su mismo sexo. Esa es la gran diferencia, y lo que
debe determinar su derecho constitucional de gozar del beneficio del matrimonio
con quien aman.
Lo que dice la Biblia referente a la homosexualidad, si me tocara
interpretarla, lo que indicaría es que todos los excesos son perjudiciales. Eso
fue lo que le dije a mi hermana cuando me contó lo de su hijo: “que trate de
mantenerse con una sola pareja, que no se convierta en promiscuo, y que no se
avergüence de quien es; además, tiene que esforzarse más que cualquier otro
para que llene los vacíos con que la sociedad sistemática lo va a definir.”
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