2014, a escoger el menos malo ©


Ben Bustillo - Prohibited its reproduction

Las elecciones presidenciales del 2014 han abierto una incertidumbre conceptual que definirá el futuro de la nación: ¿Se dirige hacia la guerra o hacia una paz concertada con la guerrilla? ¿Se está eligiendo entre un hombre bueno o malo? ¿Logrará Santos que las FARC firmen un acuerdo antes de la segunda vuelta de este próximo 15 de junio? ¿Fallaron ambos, el gobierno y las FARC, de no acordar antes de la primera vuelta? ¿Están demasiado pretenciosas las FARC? ¿Cuál es el misterio y porqué no se han revelado los acuerdos logrados? ¿A quién prefiere, a Santos o a Uribe, perdón, Zuluaga?
Colombia tiene un Chávez derechista manejador de masas al estilo hitleriano que se identifican con su pensamiento bélico: Uribe. Su egoísmo é inmenso amor por el poder lo hace sentirse redentor y la única persona capaz de resolver los conflictos colombianos. Es adorado por esta muchedumbre ciega y necesitada de palabras alentadoras - aunque sean mentiras y calumnias - elevándolo a una posición que arriesga, no solo a la seguridad de la nación, sino también a la imagen económica ante la comunidad internacional. Su posición, metafóricamente, es la de cargar la canana a la cintura, desenfundar y disparar por todos los lados a cualquier costo, recoger los muertos, y si tiene que pedir perdón, lo hace desalmadamente. Se siente intocable y sabe que es peligroso, por eso se protege más que cualquier jefe de hampa.
Con Santos es simplemente la oportunidad de lograr un arreglo con la guerra interna de las guerrillas tan viejas como una generación que va en su último camino hacia la tumba del olvido dejando la pesadumbre de la continuidad del conflicto aún mayor, si el poder volviera a quedar en las manos de Uribe. Porque digan lo que digan, Zuluaga no solo es el continuador de sus ideas, sino también su títere aunque lo niegue pelando los dientes. Ambos candidatos son cortados por la misma tijera, y la política es tan definida en la consecución de sus logros sin importar los medios, que lo que les interesa son los resultados.
Así que la incertidumbre no es la guerra o la paz, sino que cuál de estos dos candidatos es el menos malo de los dos. La guerra informática para esta segunda vuelta se vaticina que continuará con el propósito de desprestigiar cada cual a su contrincante; y si en la primera vuelta las acusaciones volaron a diestra y siniestra, las nuevas posiciones han tomado forma ya que las alianzas prácticamente están definidas. Los votos de los perdedores se dividieron casi igual entre las dos corrientes del mal: Santos y Uribe. Perdón, Zuluaga. (Este teclado está tan saturado de Uribe, que lo escribe automáticamente.)
Varios hechos interesantes están en proceso de desarrollo: La presentación de las supuestas pruebas de Uribe al procurador sobre las contribuciones ilegales, su pronunciamiento diciendo que no son contra Santos (¿será para que no lo demande?), la petición de extradición de María del Pilar Hurtado, el silencio absoluto alrededor del hacker, (¿qué pasó que ya no sale en las noticias?), la negativa de Uribe de entregar las pruebas a la fiscalía dizque porque no confía en ella (¿qué clase de expresidente es este señor, que desprestigia el neutralismo de una entidad del gobierno que es la encargada de vigilar este tipo de denuncias?) Imagínense, si un individuo de esta talla se refiere así de la fiscalía, ¿qué se deja para nosotros los cualquiera de la calle que pensamos que son las entidades gubernamentales de quien uno debe fiarse? ¡Ah políticos colombianos! No es que en otras naciones sean mejores, pero los nuestros son el extremo del extremo.
¿Será que nosotros los colombianos tenemos tendencia nata criminal? ¿Será que por eso fue fácil para algunos mercadear con droga, formar guerrillas, ser carteristas, formar el paramilitarismo, hacer chuzadas, hackear individuos, conspirar políticamente, desprestigiar los candidatos en los medios sociales sin importarnos siquiera el respeto por la tolerancia?
Lo cierto es, que existe una división ideológica en la nación que está transformando el proceso del pensamiento ¿Fallecieron ideales de grandeza basados en procedimientos correctos y se habrá perdido la inocencia de la razón?
Las guerras sucias informáticas de los partidos mayoritarios, Centro Democrático y Unidad Nacional, en esta primera vuelta removieron cenizas de generaciones en tumbas celestiales y demoníacas. Si esta nueva ronda por venir sigue el mismo ritmo, a lo mejor se destapan secretos de uniones amorosas entre los participantes que una vez estuvieron de manos unidas, y hasta en la cárcel terminen algunos de ellos. ¿Va Santos a destapar secretos de su antiguo jefe Uribe? ¿O será que Uribe desenmascará a Santos destapando secretos cuando fue su ministro de defensa? ¿Qué tal si nos dicen la verdad de lo que pasó con la liberación de Ingrid Betancourt?
Esta elección de junio 15 del año 2014 no es sobre Santos o Zuluaga (Uribe), ni sobre la guerra o la paz. Esta elección presidencial es de escoger el menos malo de los dos candidatos. A Santos lo conocemos, ni fu ni fa y dice tener una propuesta de paz. A Zuluaga, si va a hacer lo que dice en su campaña y desdice al día siguiente, yo tendría temor de votar por él. Pero cada cual tiene conciencia de lo que piensa qué es mejor para el país y decidir cuál de los dos, es el más o menos malo...
Por eso, desde afuera de la barrera, ¡a su salud!

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